lunes, 22 de abril de 2013

No soy yo…¡Eres tú!




Muchas veces escuché decir que “la gente suele criticar lo que más detestan de sí mismos”, o que “lo que criticas de los demás es un reflejo de tu personalidad”, aludiendo claramente a que las ofensas (por darle un nombre), que le dices a otros, son más defectos propios que de ellos.

            Les confieso que no le veía mucho sentido, y quizás es porque no siempre aplique, porque a veces lo que dices de los demás es lo que ellos son y ya. Pero, lamentablemente conozco algunos personajes muy particulares, quienes gozan de un repertorio de groserías bastante amplio, creo de hecho son su estandarte, porque nunca los había visto resaltar tanto en el panorama por ningún otro logro sino ése, la habilidad para manejar un vocabulario bastante soez.


            El punto es, que puedes ver a estas personas insultando a diestra y siniestra, a desconocidos, familiares y amigos, es decir, no discriminan, tienen un poquito para cada quien y me llamó mucho la atención el hecho de que usen el término “frustración”, “¡Eres una frustrada!” “¡Revisa tus frustraciones!”, entre otras frases de la misma índole. Lo curioso de todo esto, viene del hecho de que las personas que andan preocupadas por si los demás tienen deseos sin cumplir o sueños que no se han materializado, son los seres con la lista más larga de frustraciones que he conocido hasta ahora.

            Lo que me lleva a las frases que iniciaron este artículo ¿Será que muy adentro, quisieran que los demás tuviesen las mismas o más frustraciones que ellos?, ¿Les molestará que otros asumen mejor los tropiezos que se presentan en la vida? ¿Creerán acaso que con decirle a los demás “frustrados” borran automáticamente su propio caos personal o los hace menos frustrados a ellos? Lo cierto del caso, es que al parecer como que sí aplica lo de que esas ofensas son un reflejo de la personalidad de quien las dice, más que de quién las recibe.

            Es la única manera de darle algo de sentido a tanta ironía en el ambiente y si aún no están convencidos, les dejo entonces algunos ejemplos de frases (u ofensas) dirigidas por este tipo de personas, acompañadas de las frustraciones que pueden llevar por dentro, y así ustedes me dirán si son o no parte de su reflejo:

1.       Frase preferida #01: ¡Revisa los fracasos de tu vida personal!
Cuando: tenía su boda ya planificada y fue abandonada por el novio, cuando éste se enamoró de otra.

2.      Frase preferida #02: ¡Yo soy todo un profesional!
Cuando: dura apenas meses en cada empleo que consigue.

3.      Frase preferida #03: ¡Eres una frustrada!
Cuando: se volvió la amante de su exnovio casado, porque no pudo tener una relación seria con él.

4.      Frase preferida #04: ¡Exijo respeto por mi manera de pensar!
Cuando: pone su ideología política, por encima de su familia, insultándolos abiertamente.

5.      Frase preferida #05: ¡Deberías evaluarte pedazo de loca!
Cuando: ha desarrollado una dependencia a los antidepresivos y hasta se le ha "pasado la mano" en ocasiones.


            Así, como estos ejemplos, hay muchos; quizás gente obesa hablando de la gordura de otros, personas flojas, quejándose de un desocupado, y así. Seguramente ustedes conocerán uno que otro individuo de esta calaña, que realmente nos hace pensar, que todo lo que sueltan por esa boca, no sólo es un reflejo de lo que llevan dentro, sino que de paso, son tan incoherentes, inestables y ambiguos, que he llegado a pensar que no es para nosotros, sino que simplemente están entablando una conversación consigo mismos y nosotros somos el canal. 

O bien, estamos ante un claro caso de doble moral, que siendo más coloquial es un digno “cachicamo diciéndole al morrocoy conchudo”. En resumen, creo que deberían hacer un voto de silencio al querer omitir juicios de “valor” acerca de cómo llevan sus vidas los demás, siendo más conscientes de que su propia vida, no es precisamente el mejor ejemplo, a fin de cuentas como bien dije anteriormente, decirle “frustrado” o “fracasado” a otro, no te hará más exitoso o menos frustrado a ti. Como bien dice mi abuela “el que tiene rabo de paja no se acerca a la candela”.

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