lunes, 13 de diciembre de 2010

Te intercambio a mi amigo secreto

            Una parte agridulce de la época decembrina, son los intercambios de regalo, no hay nada mejor que recibir presentes, detalles que nos encantan sin que salga un solo medio de nuestro bolsillo, por otro lado, brindarle esa alegría a otro, sorprenderlo con aquello que tanto anhela pero no ha tenido la oportunidad (o el dinero) para comprárselo.
            Más o menos de eso se trata, es una manera de no quedarse por fuera, una vez que dejaste la niñez atrás, pues para ti ya se acabaron los regalos del “Niño Jesús”. Pero, ¿Por qué los denominé agridulces?, pues, porque  existen unas cuantas variables que pueden hacer de la experiencia un tanto decepcionante.
Se puede empezar por el riesgo que corres de que te toque esa compañera de trabajo que apenas saludas por educación, pero que no la puedes ver en el comedor sin sufrir de indigestión, o de ese vigilante, para quien el único regalo útil que se te ocurre, es un kit que incluya un galón de enjuague bucal, unos cuantos sobrecitos de bicarbonato, más una media docena de limones (creo que está de más explicar los motivos).
            Digamos que tocas con suerte (o pediste que repitieran el sorteo), y tu “amigo secreto” le asienta eso de “amigo”, sin embargo, ahora lo preocupante es el precio establecido para el regalo, puesto que corresponde a la mitad de lo que ganas en una quincena, dadas las fechas es mucho el dinero que tienes comprometido, de paso en esta modalidad (amigo secreto), el gasto es mayor, ya que debes darle un detalle (sin descubrir tu identidad, aunque curiosamente al final siempre saben que eres tú); hasta el día del intercambio.
            Heroicamente logras cumplir con tu amigo sin quedarte en bancarrota, estás orgullosa de ti misma, no sólo por la certeza de que tu regalo le va a encantar, sino porque te esmeraste al envolverlo, ni provoca abrirlo para no dañar semejante obra, de hecho hasta te excediste un poco de la cuota. Llega el momento de entregarlo y efectivamente el afortunado se emociona, y tu más atrás al saber que casualmente él es quien te regala a ti.
            Por un momento te sentiste un poco indignada porque recordaste que durante las dos semanas previas sólo recibiste un caramelo, pero en segundos lo excusaste pensando que quizás se reivindicaba con el obsequio que realmente importaba, esta explicación no dura mucho cuando al quitarle las grapas (no usó ni cinta plástica) a la bolsa con motivos infantiles (lo cual no te molesta porque estás a favor del reciclaje) descubres que tu tan esperado regalo (reembolso de lo gastado en el que tu diste), no es más que cinco chocolates de barrita (supones que son los que debió darte en la semana), una tanga con el elenco de Looney Tunes estampado, y  enganchado en ella, un par de zarcillos de pasta a los que, cabe destacar, eres alérgica.
            Tratas de dibujar una sonrisa que no vislumbre tus ganas de llorar y salir corriendo de ahí, no sin antes arrancarle al muy miserable el suéter que te costó la mitad de tu cupo Cadivi, por tu insistencia de querer obsequiar algo especial,  que por lo menos tardará seis meses en llegar a las tiendas del país a cinco veces su precio. Como fuiste la primera en recibir, ahora es que te quedan horas en la nefasta reunión, así te convertirás también en la primera en emborracharte para ver si así olvidas ese terrible episodio.
            Sin embargo, no te sentirás sola, al saber que quien le regalaba a tu amiga no sólo no se apareció al compromiso, sino que tampoco tuvo la delicadeza de enviar su regalo, ni se lo entregará, debido a que aprovechó para tomar de una vez sus vacaciones atrasadas. A lo que ambas resignadas afirman que por eso es que no les gusta participar en esos intercambios, siempre salen perdiendo, aún sabiendo que eso no impedirá que sus nombres regresen al sorteo del año siguiente, porque al parecer la época decembrina nos envuelve tanto que hasta lo negativo se vuelve tradición.        

4 comentarios:

  1. NO, NO, NO y mil veces NO. El amigo secreto NO es chévere. NO es
    divertido. NO rompe el hielo. NO acerca a gente que NO quiere
    conocerse. NO es ninguna oportunidad para que los solterones se conozcan y quizás tengan una vaina. NO es agradable comprar
    regalos para que te den de vuelta un regalo que obviamente es
    reciclado. Así que NO, NO e ...s NO, ¿NO lo entiendes?
    ¡Dile NO al amigo secreto!.

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  2. demasiado bueno mi amor, todo lo que dice ahí es cierto muy cierto!

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  3. no vale! es que yo o sabia que en venezuela había escritores así de esa categoria me parece que ers demasiado buena! bella te deseo lo mejor sigue así,escribiendo siempre,que lo haces de maravilla

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