lunes, 28 de marzo de 2011

Cuando los padres se vuelven hijos

Cierta vez leí una frase que decía “una madre puede mantener a cinco hijos, pero cinco hijos no pueden mantener a una madre”, me impactó por la certeza irrefutable en medio de su simplicidad. Es triste, cuando pienso en que su veracidad se pone de manifiesto en el sólo hecho de que los ancianatos  y “casas de retiro” existan. Personas que llegaron a tener más de cinco hijos, pero quizás sólo dos o uno se ocupan de ellos al llegar al ocaso de sus vidas, irónico resulta pues al recordar que no crío sólo a esos dos. Siempre habrá excusas, y es que está claro que cada uno de ellos seguro formó su propia familia, pero no por eso pierden su título de “hijo” y todas las responsabilidades que ello conlleva una vez que nuestros padres pasan a ser lo que necesitan de cuidados.
Fácil es hacer una llamada telefónica una vez al día, a la semana o hasta al mes, pero así no se llena un vacío que de seguro lleva adentro su progenitor (a), a través de un teléfono no se le da un vaso con agua para que se tome la pastilla que le toca a esa hora, con una llamada no le ayudas a pararse cuando quiere ir al baño, con sólo preguntar a distancia “¿cómo sigues?” no cooperas en su proceso de recuperación de alguna de sus dolencias propias de la edad.

lunes, 21 de marzo de 2011

Exorbitante adulación

         Existen decenas de dichos acerca del interés y las personas que no pueden evitar interponerlo en sus relaciones con los demás, son obvias las razones para que esto suceda, el esperar obtener algo a cambio a corto, mediano o largo plazo, como si el tiempo compartido con ellos viene con precio marcado, más cuotas de pago. Sus clasificaciones varían, dependiendo de la situación que los rodee y del elemento que desean conseguir, es por ello que me parece pertinente categorizarlas por dichos elementos, como ya he hecho en artículos anteriores, a modo de guía de reconocimiento.
Dinero: El más común, en especial en las relaciones de pareja, aquellas o aquellos que se buscan a una media naranja que les sirva de cajero automático, inmobiliaria y concesionario; la facilidad que otro te proporcione todo lo que anhelas al parecer es una opción tentadora para algunos. En cuanto a las “amistades”, entran en este lote aquellos que se buscan amigos con dinero, a los cuales él sabe que puede pedirle para cualquier situación (nunca son realmente importantes), no le dirán que no; eso si estos a su vez son desprendidos, casi siempre dependerá de la cantidad y frecuencia con la que el interesado les llene de halagos el ego, de no ser por ello, no creo que logre mucho. Casi siempre se reconoce porque a sus amigos menos favorecidos económicamente no los enarbola con tanta intensidad (obvio ¿no?).

martes, 15 de marzo de 2011

Desequilibrada igualdad

Tenemos muchas fechas para celebrar el género al cual pertenecemos, no obstante, ser mujer va mucho más allá de un día y de la conmemoración de las luchas por la igualdad, cosa que aún no está del todo establecida, si, contamos con derecho al voto, hemos conquistado terrenos donde sólo se podía imaginar a hombres, pero, ¿Realmente existe la tan anhelada equidad?.
Comencemos por el hecho de que según estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID); el salario de una mujer en Latinoamérica, es un 10% menor al de un hombre, incluso cuando ésta sea más instruida, acrecentándose a un 17% cuando son iguales en edad y educación.  Sin embargo, esto es sólo un simple ejemplo de un hecho que no muestra lo que hay detrás de la desigualdad existente.

lunes, 7 de marzo de 2011

Caos carnavalesco

            Un “Carnaval” de sentimientos encontrados es lo que tengo con respecto a estos días, pensando en positivo, son momentos de descanso, de estar con la familia disfrutando de un merecido asueto; pero cuando te inclinas por seguir a las masas, son muchas las consecuencias que tendrás que asumir, propias de cualquier tipo de pausa en la rutina de la gente. Trabajas tanto que tienes muchos meses, sin saber lo que es estar en la playa, puedes pararte frente a una pared blanca sin ser visto, de tanto tiempo sin llevar un poco de sol; es por ello que has decidido embarcarte a las costas por las fiestas carnestolendas. So pena de que la pausa para “relajarte”, se convierta en la experiencia más irritante de tu vida.
            Todo lo requerido para un viaje de mínimo dos días, se dobla en precios, eso parece insignificante frente al hecho de que tienes el mismo traje de baño de cuando pesabas la mitad que ahora, el momento de adquirir uno nuevo ha llegado y por más que intentes hacerlo divertido, el espejo y la iluminación del vestidor están específicamente diseñados para que luzcas terrible por cada costado. Como sabes que siendo temporada habrá mucha gente en las playas, sacas a relucir el “autoconsuelo”, asegurando que de seguro verás a alguien peor.