lunes, 15 de noviembre de 2010

Hasta que tus derechos los separen

Por la red me topé con un folleto que según data de 1953, donde explica en once pasos cómo llegar a ser la esposa perfecta, resumido se podría decir que tienes que estar en total sumisión, no obstante, tiene afirmaciones válidas, por ejemplo no vas a dejar que la casa se te venga abajo de mugre, pero asegurar que tienes que escucharlo porque “sus temas son más importantes que los tuyos”, me impactó, y no de forma positiva.
            Estuve pensando en el tema releyendo el folletico en cuestión, cuando se me ocurrió algo que me dio escalofríos, ¿será ésta la razón por la que nuestras abuelas lograron durar toda su vida al lado de sus esposos?, ¿son estas reglas la clave para cumplir con aquello de hasta que la muerte los separe?, ¿será que la lucha por la igualdad de género ha influido en la ola de divorcios dados en la actualidad?. Por favor que alguien me diga que ¡No!
            Me rehúso a aceptar que  someterse a la sugerencia que reza “No te quejes, cualquier problema tuyo, es un pequeño detalle comparado con lo que él tuvo que pasar”, nos convertirá en esposas exitosas, no creo que transformarse en un maniquí que no siente ni padece, ayude en algo, veo difícil sentirse bien colocándose en último plano, sin tener la certeza de que será apreciado, tengo millones de ejemplos para asegurar que no lo será.
            No digo que buscar la igualdad sea sinónimo de desatenciones para con el sexo opuesto (muchas incurren en ese error), porque no se trata de competir, sino de estar a la par, respeto mutuo ante todo. Por esta razón, me escandalizó aún más saber que existen mujeres, quienes 57 años después, están totalmente de  acuerdo con estos “tips de buena esposa”, bien, aprecio su decisión de ser ama de casa a tiempo completo, pero acaso ¿eso significará que sus temas de conversación no sean importantes, ¿sus problemas sean insignificantes?, ¿atender un hogar, con todas las labores que implica, no cansará igual?. Déjemelo saber.
            Es triste pensar de esa manera en estos tiempos, donde ni que quiera quedarse en su casa podrá, sabiendo que la situación económica prácticamente exige dos sueldos en un hogar, donde la mujer ha demostrado el gran potencial que tiene para desempeñarse en campos donde antes la simple idea de su participación sonaba ridícula. Es decir, creo que estaríamos desperdiciando nuestras capacidades, además uno nunca sabe cuándo la relación llegará a su fin (no es ser pesimista, sino que no me parece dejar por fuera la posibilidad); y si no eras independiente económicamente te pesará. Sin dejar de lado que irónicamente siempre las dejan por una que no sabe ni hacer hielo, así que ¿de qué sirve?.
            Ahora bien, que el valerte por ti misma, buscar la igualdad, darte a respetar, hacerle saber que tu también tienes problemas tan o más importantes que los de él, que estás en el derecho de saber porqué llegó tarde o simplemente no llegó (según la guía eso no es de tu incumbencia), pedirle ayuda en las labores del hogar, sea causal de divorcio, entonces a los abogados les esperan tiempos de bonanza y a mí muchos papeles por firmar. Por último, si usted está tan indignada (o confundida) como yo, acá dejaré el link de la infame guía para que saque sus propias conclusiones, eso sí, hágamelas saber quizás me ayude a recuperar mis esperanzas. http://www.lapatilla.com/site/2010/11/10/la-guia-de-la-buena-esposa-folleto-de-1953/

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