lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Amigas por siempre? ¡No, gracias!

No soy de muchas amigas, porque he podido notar que los hombres son muchísimo mejor que nosotras en ese departamento, ¿lo dudan?, piensen en si alguna vez uno de ellos ha dejado de tratar a una de sus amistades (no importa el sexo) porque se lo haya pedido la pareja, (nunca, ¿verdad?), ahora recuerden cuántas discusiones han tenido con ellos porque invierte más tiempo en los amigos que en ustedes (muchas ¿cierto?).
Éstas no son precisamente mis razones para preferirlos a ellos dentro de mi círculo, de hecho creo que es más bien lo que no hacen y las mujeres sí, lo que define mi inclinación. Para saberlo es mejor que hablemos de esas “amigas”, a las cuales hay que mantener a raya, le sugiero no sentir lástima, no le hará falta, puesto que a ésta siempre la esperará una nueva e ingenua víctima a la vuelta de la esquina, dándole a usted la oportunidad de encontrar una amistad real. Ahora bien, conozcamos las categorías de algunas congéneres que desvirtúan el concepto de “amistad”.
 La favorita: el nombre no es porque sea tu preferida sino por su adicción a pedirte favores, ésta no se desaparece del mapa totalmente, ya que nunca se sabe cuándo pueda necesitar de ti, la vas a reconocer porque las pocas veces que han entablado una conversación que vaya más allá del “hola, cómo has estado”, siempre terminas ayudándola en algo. No es malo colaborar con los demás cuando está a tu alcance, el problema es cuando no hay reciprocidad y eso es algo que la “favorita” no conoce. A ella le encanta pedirte favores pero cuando por cosas de la vida la situación es al contrario, no lo conseguirás, puesto que curiosamente no podrá o lo más seguro es que ni la encuentres, al parecer una de sus características es que padece amnesia.
La dolida: ésta se parece muchísimo a la anterior, pero en vez de aparecer para pedirte favores, lo hace cuando termina con el novio. Es fácil evitarla, basta con ver sus estados o nicks “corta venas” en el Facebook y MSN, de esta manera no te sorprenderás cuando te escriba después de meses sin saber de ella. Dirás “pobre se siente sola”, “las amigas en las buenas y en las malas”, el detalle está en que te busca cuando es ella la que está de malas no cuando se trata de ti (créeme, en ese momento no verás ni su sombra). Como nunca sale con otra persona que no sea su pareja sabrás lo qué pasó cuando te pregunte qué vas a hacer tu esa noche, pero no esperes que cuando esté de buenas con el fulano te invite a las salidas que cuadra con él y sus amigos. Si no tienes escapatoria, prepárate para horas y horas de escuchar sus quejas acerca de su relación, te doy un consejo, no gastes saliva opinando, sólo asiente con la cabeza a todo lo que dice, pues no importa lo que digas, al final cuando regrese con él tampoco se acordará de nada y hasta corres el riesgo de meterte en un problema (si es una de esas brutas que al volver con él, le cuentan todos los “tips” que le diste, pasarás a la lista negra del tipo).
La rumbera: es muy divertida, pero hasta ahí, ella sirve únicamente para salir a las discos, bailar, beber, conocer mucha gente (tentador ¿no?), sin embargo, el día en que no estés de ánimo, sea cual sea la razón, no creas que ésta se quedará a tu lado a consolarte y reconfortarte, porque su misión en el mundo no es ser tu “amiga”, sino tu “compinche”, tienes que aprender a diferenciarlas, puesto que muchas llegan a confundirse, así te tocará pasar tu guayabo sola, mientras ella contacta a alguien que te reemplace, porque primero muerta que perderse el Ladies Night. Si la extrañas, tranquila, que cuando tengas ganas y dinero para salir, sin duda estará ahí.
La crítica: si eres de poca paciencia, ésta no durará mucho dentro de tu círculo, para ella nada de lo que haces está bien, con nada te ves bien, nada de lo que dices es lo correcto, en pocas palabras, tu eres un error que camina, llegará el punto en que no sabes si es tu amiga o enemiga. Se sabe que cuando realmente aprecias a alguien debes decirle cuándo está equivocado (nadie es perfecto), pero no puede ser que no tengas algo bueno en ti. Lo peor de esta categoría está en que no sólo te cachetea tus defectos sino que los compara con las maravillas que según tiene ella, con una habilidad tremenda para disfrazar los insultos, tanto que no sabrás si golpearla o darle las gracias. Como por ejemplo si andas en falda te dice algo como “sabes que tengo una crema buenísima para la celulitis, si quieres te la regalo porque a mí no me hace falta”, o si eres osada y dejas tu abdomen al descubierto te dice “tú eres rara, flaca, pero con barriga”, por último, cuando le presentes a tu novio se afincará con un “y éste es el mismo del que tanto me hablabas”, así lo máximo que la espera a ella en su casa sea el loro que le regaló la abuela.
La fanática: ésta es peligrosísima, es todo lo contrario a la anterior, lo más seguro es que tenga un altar con tu foto, no sólo te adora sino que quiere ser como tú y creo que este mundo ya tiene suficiente con tu versión. No hay nada peor que una (pido disculpas por adelantado, pero no tengo cómo ponerlo bonito) “chupa medias”, con ella corres el riesgo de salir vestida como payasa sin que nadie te detenga, sólo porque en su opinión un pantalón tipo pescador rojo, con un suéter amarillo y botines blancos con medias negras se te ve “espectacular”. Puedes tardar en reconocerla, porque te encanta recibir cumplidos, pero una vez que te hastíes de tanta melcocha sabrás a quién tienes a tu lado, aunque más rápido pasará cuando notes que carga tu mismo corte de cabello, la blusa que te compraste hace dos semanas (quizás no del mismo color para disimular), hasta se haya inscrito a estudiar la misma carrera que tu, ten cuidado y no terminen ambas con el mismo novio también.
 La jueza: con ella aplica aquello de “todo lo que digas podrá ser usado en tu contra”, así que sé cautelosa con lo que le cuentes, puesto que no sabes cuándo te lo sacará en cara. Esta categoría, puede pasar como muy buena amiga, hasta el día en que ella cometa algún error y si se te ocurre hacérselo saber o aconsejarla, arremeterá con todas las equivocaciones en que tú hayas caído, puedes contrarrestarla con un “por eso sé a qué me refiero”, pero ya sabes a qué atenerte con este ejemplar. Además, otra de sus tácticas es usar tus “metidas de pata”, para una sesión de chistes con otras personas, en resumen, serás objeto de burla gracias a ella.
            Creo que con estos seis ejemplos dejé claro mi punto inicial, no sin antes aclarar que eso no quiere decir que no existan mujeres con capacidad para brindarnos una amistad real y de calidad, porque si hay excepciones (modestia aparte, sería como decir que ni yo lo soy). Lo importante es reconocer quién es realmente conveniente y quién no, evitar caer en ese vicio que tienen algunas de llamar amiga hasta a la vecina sólo porque comparten una pared. De igual forma, si hay algo que debo reconocer es que así como somos buenas para conseguirnos malas amigas, somos mucho mejores para quitárnoslas de encima, eso sí, sin perder la clase.

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